MARINA SANTOS

MARINA SANTOS

domingo, 5 de julio de 2015

BRECHAS DE GÉNERO DESDE UN ENFOQUE DE IGUALDAD ENTRE MUJERES Y HOMBRES

Uno de los desafíos de éste siglo, es la profundización en la incorporación del principio de igualdad de género(hombres y mujeres) en los diferentes ámbitos del que hacer y vivir del ser humano, especialmente relacionados al económico, laboral y político, dado que hoy en día se habla de igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, el cual implica el desdoblamiento en el análisis de los roles que desempeñan como actores principales de la sociedad de un país; asimismo la fuerza que adopta la inclusión de enfoque de género en la elaboración de proyectos de desarrollo, reflejado en un cambio de paradigma en pos de optimizar los esfuerzos y recursos para los beneficiarios directos de un programa y/o proyecto a desarrollarse.

En contraste, el término brechas de género, se define como una derivación del vocablo franco breka (“roto”), se utiliza para nombrar a una rotura, resquicio o abertura, y desde el punto de vista del género” las brechas de género, forman parte de la cultura de las organizaciones y tienen la capacidad de reforzar las relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres o entre diferentes grupos de mujeres.

En esta perspectiva “se debe tener presente que las brechas de género son patrones desiguales de acceso, participación y control de mujeres y hombres, sobre los recursos, los servicios, las oportunidades y los beneficios del desarrollo” (Dirección de Planificación e Inversión, 2011, p.11).

“La metodología desarrollada por PNUD Chile para incorporar el enfoque de género en los programas y proyectos plantea:
·  Identificar consideraciones de género tales como la presencia o no de recolección de datos desagrega  dos por sexo. ­
·   La inclusión de la perspectiva de género en el Ciclo del Proyecto (diagnóstico, diseño, ejecución, monitoreo y evaluación). ­
·      La sensibilidad de género de los equipos de trabajo de la institución, entre otros. ­
·  Disminuir brechas de género, por ejemplo, en relación a la capacitación recibida por varones y mujeres  de los equipos de trabajo, o la toma de decisiones, etc. “(Dirección de Planificación e Inversión, 2011, p.12).

Teniendo presente este contexto, en primera instancia debemos considerar que es fundamental abrir nuestra mentalidad para reducir esa brecha existente entre lo que se piensa y dice respecto a hombres y mujeres, ambos son importantes, iguales y desde luego complementarios en sus distintas facetas. Al referirnos al enfoque de igualdad entre hombres y mujeres, referimos un conjunto de instrumentos y herramientas en la elaboración y diseño de proyectos, es trascendental identificar sus características y particularidades; no es lo mismo diseñar un proyecto dirigido a niñas que a niños, de igual manera no es lo mismo diseñar un proyecto dirigido a mujeres que a hombres; por lo que se debe identificar los factores determinantes a la hora de realizar actividades y  tareas.  

Debemos comprender que hay diferencias entre hombres y mujeres, sin embargo se debe entender también que uno del otro se cimientan en uno del otro para llegar a un objetivo común, hacia y el logro de propósitos y fines únicos, en sociedad y en forma conjunta”.  


BIBLIOGRAFÍA:
Dirección de Planificación e Inversión. (2011). Metodología de transversalización. Guía metodológica para la transversalización de los enfoques de interculturalidad y género en la formulación de los proyectos. Quito, Ecuador: Ministerio del Ambiente.
Kideitu. (2007). Guía para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación.



LA DESPATRIARCALIZACIÓN COMO EMBLEMA DE IGUALDAD

Desde nuestros antepasados, la autoridad y el poder han sido concentrados y personificados por los hombres, en todos los ámbitos, referidos principalmente a la toma de decisiones, relegando a la mujer en un segundo contexto, pero más allá de esta afirmación, analicemos la definición de  Patriarcado.

“El Patriarcado es un concepto redefinido por la teoría feminista en los años setenta del siglo pasado y pieza clave para el análisis de la realidad sociocultural. Es una forma de organización, política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo en el varón, en la que se da predominio en el hombre sobre las mujeres; del marido sobre la esposa; del padre sobre la madre y los hijos. El patriarcado no es una esencia, sino un sistema metaestable de dominación ejercido por los individuos que, al mismo tiempo, son troquelados por él” (Ibernagaray, 2012, p. 145).
En contraste “el racismo y patriarcado constituyen el eje de la colonialidad, que ha servido de justificación de los genocidas coloniales. La descolonización es la concentración de energías estatales, para combatir racismo y patriarcado y se lo hace estableciendo de forma critica el funcionamiento de la colonialidad, del saber, del poder y del ser.” (Ibernagaray, 2012, p. 152)

Por su parte “la Despatriarcalización es el enfrentamiento contra la herencia colonial, hoy es materia de políticas públicas. Es la desestabilización de relaciones de dominio y de ejercicio del poder. Es la transgresión de las reglas sociales, culturales, religiones, normativas y políticas patriarcales, que tienen la misión de eternizar el cautiverio de las mujeres. Y en el marco de la nueva Constitución Política, la despatriarcalización, se proyecta como una transformación del lenguaje de los derechos humanos, ya no atrapado en el eufenismo, de la Igualdad de Oportunidades, que disimula tensión entre el patriarcado y procesos de despatriarcalizacion, sino de enfrentamiento directo con el problema central: colonialidad y patriarcalismo.” (Ibernagaray, 2012, p. 153)

En la medida que se practique lo contrario del patriarcado, se comprenderá el concepto de despatriarcalización, ya que concebiremos la idea de buscar formas de inclusión de la mujer en los distintos ámbitos de poder, que parte desde las formas de pensar de hombres y mujeres, parte desde la familia y la forma en que padres y madres instituyen a sus hijos, parte del trato entre padre/madre e hijos/ hijas, y sobre todo parte desde las formas individuales y personales de cada uno, sin condición alguna.

Finalmente, los actores políticos, sociales y económicos del Estado deben promover políticas de inclusión de la mujer para ampliar sus oportunidades en todos los ámbitos, hay avances en el plano político, pero aún falta avanzar en los demás áreas, desde luego estas políticas irán dirigidas en  pro de la igualdad entre hombres y mujeres, que sin duda se verán reflejados en una convivencia armónica y pacífica de las sociedades y de los pueblos.


BIBLIOGRAFIA
Ibernagaray, J. (2012). Mujeres en diálogo: Avanzando hacia la despatriarcalización en Bolivia.


viernes, 3 de julio de 2015

APLICACIÓN DEL ANALISIS DE GÉNERO EN EL DISEÑO DE PROGRAMAS Y PROYECTOS



Identificar las características básicas y esenciales de un programa y proyecto forma parte de un conjunto de conocimientos, ideas y herramientas, que conlleva realizar un análisis amplio respecto al contexto que guía la elaboración del mismo, no es un fin en sí mismo; denota un análisis minucioso de los actores que intervienen, el entorno institucional que lo involucra y las herramientas adecuadas a emplearse. En este entendido, el análisis de género es un componente determinante en su elaboración y diseño.


“El análisis de género se define como el estudio de las diferencias en las condiciones, necesidades, niveles de participación, acceso a recursos y desarrollo, control de los beneficios, poderes de toma de decisiones, etc. entre mujeres y hombres dentro de sus roles asignados de género”. El análisis de género se debe realizar a todos los niveles, desde las raíces, pasando por niveles intermedios como los servicios de distribución de la ayuda, hasta los niveles políticos más altos, y a través de todos los sectores y programas de cooperación al desarrollo”(María Oscoz Renedo, Guía Práctica de Enfoque de Género en Proyectos de Desarrollo según la Herramienta de Marco Lógico, pág. 7).

“Para integrar de forma transversal la igualdad de género en actividades y programas de cooperación al desarrollo es necesario seguir ciertos puntos o guías de referencia generales desde el inicio del proyecto: a) Debemos realizar estadísticas desagregadas por sexo y obtener información cualitativa sobre la situación de las mujeres y los hombres en la población donde vamos a trabajar; b) Llevaremos a cabo un análisis de género relacionado con la división genérico-sexual del trabajo, del acceso y control de recursos materiales e inmateriales, de las bases legales para la igualdad/desigualdad de género; c) No olvidar los compromisos políticos con respecto a la igualdad de género, la cultura, las actitudes y los estereotipos que puedan influir en todas estas cuestiones; d) El análisis de género de una propuesta de un programa nos debe revelar si se han contemplado o no objetivos de igualdad de género en la idea inicial, si la actividad planeada contribuirá o no a cuestionar las desigualdades ya existentes, y si existen cuestiones de género que no se han tratado; e)Durante las fases de identificación y formulación, el análisis de género contribuye de manera muy importante a identificar los puntos de entrada para acciones, que se necesitarán para alcanzar los objetivos de igualdad de género; f)Un sistema de seguimiento y evaluación sensible a las cuestiones de género debe también comenzar en la fase de diseño, incluyendo indicadores que midan el grado en que se han logrado los objetivos de igualdad de género y se han conseguido cambios en las relaciones de género. ”(María Oscoz Renedo, Guía Práctica de Enfoque de Género en Proyectos de Desarrollo, pag.10).

Como señala Kideitu “nos topamos con la dificultad de que, para realizar esta labor, no existen “recetas” estándar o propuestas procedimentales únicas y uniformes. Operar bajo una óptica de género supone un proceso complejo basado en el aprendizaje de nuevas formar de ‘pensar’ para, a partir de ahí, ‘hacer aplicable’ lo aprendido a cada contexto e intervención concreta. Incorporar la perspectiva de género en una organización o proyecto, además de nuevos esquemas de pensamiento, va a requerir también del diseño de un plan estratégico adaptado a sus características y a sus necesidades.” (Kideitu, 2007, pag. 27)

Considerando estas apreciaciones, desde mi perpectiva, el análisis de género en proyectos, se resume en la siguiente expresión “operar bajo nuevas formas de pensar integrando en forma transversal la igualdad de género”, concretando de esta manera todas las acciones necesarias para ejecutar los programas y proyectos de desarrollo, optimizando recursos materiales, humanos y financieros, encaminados hacia el eje central y el horizonte al cual va dirigido, que son “Los Beneficiarios del Programa y Proyecto”.

BIBLIOGRAFIA
Kideitu. (2007). Guía para la Incorporación del Enfoque de Género en los Proyectos de Empleo y Formación.

María Oscoz Renedo, Guía Práctica de Enfoque de Género en Proyectos de Desarrollo, según la Herramienta de Marco Lógico. Disponible en http://proyectokalu.com/wp- content/uploads/attachments/guia_practica_de_enfoque_de_genero.pdf

EL ANÁLISIS DE GENERO EN EL MARCO DEL EMPLEO


El desarrollo, la modernidad, el progreso y todos sus postulados, quiso hacer creer que podíamos reducir los niveles de pobreza y alcanzar un mejor nivel de vida, tanto a nivel personal como a nivel de Estados, contrastándolo con la igualdad de condiciones laborales entre mujeres y hombres, que con el paso del tiempo ha significado avances paulatinos y reducidos.

En tanto, “esta economía es una economía generada por la forma actual de concebir la vida: individualista, antropocéntrica, desintegrada de la vida, homogeneizadora, jerárquica, competitiva, orientada al consumo y al capital y donde sólo ganan los más fuertes. De ahí la urgencia de una respuesta de una nueva forma de vida sustentada en el equilibrio, la armonía y el respeto a la vida.

En el vivir bien, el ser humano no está por encima de todas las formas de existencia, está al mismo nivel de ellas; por lo tanto, en la economía complementaria los beneficios no se circunscriben a la unidad y estructura social humana, están en función de la unidad y estructura de vida (es decir, más allá de lo humano). En el vivir bien no existen las jerarquías sino las responsabilidades naturales complementarias”. (Fernando Huanacuni Mamani, 2010, pag. 34) 
  
 “Desde la perspectiva de género, las realidades socio-laborales de hombres y mujeres están constituidas por el conjunto de actividades orientadas a la generación de ingreso y a la reproducción de la familia. Debido a las relaciones de género actualmente vigentes en la sociedad boliviana, las cuales asignan a las mujeres la responsabilidad del cuidado en el seno de las familias y de las comunidades, las modalidades de inserción laboral de las mujeres dependen de las alternativas de conciliación de las actividades de cuidado (i) la visibilización y valorización de las actividades de cuidado al interior de los hogares; (ii) la promoción de la división de responsabilidades entre hombres y mujeres con responsabilidades familiares; (iii) la oferta de servicios públicos o subvencionados de guarderías y alternativas para el cuidado de los niños menores a seis años y adultos mayores para hombres y mujeres con responsabilidades familiares; (iv) políticas de recursos humanos en las empresas y en el sector público facilitadoras de la conciliación entre las responsabilidades familiares y laborales de los(as) trabajadores(as)”. (Wanderley, 2008, pag. 148)


Considerando estas dos visiones, el equilibrio se concebiría como el complemento perfecto en igualdad de condiciones de empleo tanto para mujeres y hombres; desde la perspectiva del vivir bien, las responsabilidades deben ser complementarias y armónicas para vivir en acuerdo y en igualdad de condiciones al trabajo; asimismo, Wanderley enfatiza los roles de ambos en la familia y sus implicaciones en el plano social.

Hoy en día, se aprecia que mujeres y hombres buscan oportunidades laborales iguales, sin distinción,  sin embargo las luchas de poder, entre los mal llamados “fuertes y el débiles” no permite la consolidación de más espacios de empleo para las mujeres, en tanto no se conciba la idea de igualdad, equidad y complementariedad, el proceso aun tomara su tiempo aunque la brecha se reduce a paso lento.


BIBLIOGRAFIA
 Wanderley, F. (2008). Género y desafíos post-neoliberales. Género, etnicidad y trabajo en Bolivia. Revista Umbrales No. 18. La Paz, Bolivia: Plural editores CIDES – UMSA.             Fernando Huanacuni Mamani (2010). Buen Vivir / Vivir Bien- Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas. Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas - CAOI               

jueves, 2 de julio de 2015

EL CHACHA WARMI COMO PERSPECTIVA IDEAL DE IGUALDAD Y COMPLEMENTARIEDAD



La noción de complementariedad e igualdad debe ser entendida como la realidad en la convivencia entre mujeres y hombres, en un mundo globalizado en constante cambio y con un enfoque y perspectiva diferente a lo largo de los años.

“El pensamiento andino tiene la característica de concebir la realidad como integrada por dos contrarios que tienen necesariamente que armonizar, la realidad es la armonía de contrarios. La armonía de contrarios genera una realidad nueva y superior: Esa es la teoría del desarrollo en el mundo andino. No puede existir algo nuevo, algo mejor, sino es el producto de la relación armoniosa de contrarios.

Esta concepción de contrarios armónicos fue desarrollada por nuestros antepasados, quienes la comprobaron en la naturaleza y la aplicaron como modelo para la organización de sus sociedades. Generalizando, podemos decir que cada elemento del universo pertenece a una de estas dos  mitades, a uno de estos dos contrarios. Considerando el tema que estamos desarrollando, se les puede dar los nombres de femenino y masculino” (Disponible en http://aymara.es.tl/Chacha-warmi.htm)


En su perspectiva, el chacha-warmi es una “expresión de convivencia entre partes iguales o diferentes que tengan un propósito común”. En este sentido, el chacha-warmi “trasciende la relación hombre/mujer” para situarse como “relación de complementariedad sin asimetrías” en el propósito de coincidir y buscar juntos (hombre y mujer) “la perfección”. En breve, chacha-warmi sería símbolo de armonía y equilibrio entre hombre y mujer, de cada quien consigo mismo y con su entorno.( Farah, I. y Sanchez, C. ;2008; p.89)

En contraste el chacha-warmi hace referencia a la equidad, igualdad y complementariedad entre hombre y mujer, en un paradigma de lo ideal de la convivencia entre ambos, llegando al punto de equilibrio racional y lógico del vivir bien, con visiones diferentes pero con estereotipos iguales. Al final el resultado será un fin común, minimizando sus asimetrías y desigualdades, desencadenados en una convivencia pacífica y duradera.

Si concebimos esta perspectiva como forma de vida para las sociedades, sería un logro incomparable e irrefutable, sin embargo como bien lo menciona el autor, es un ideal que a lo largo de los años se ha visto incomprendida e inaplicable en su totalidad, ya que hoy en día la realidad es otra. El rol que desempeña la mujer ha cambiado a paso lento, se nota la participación en espacios de poder como la incursión en la política,economía y otros; sin embargo no es suficiente, aún existe las llamadas asimetrías, pues si bien la mujer está ocupando sitiales importantes, surge las manifestaciones y críticas en el entorno familiar, surgiendo detracciones a rol que desempeña en la sociedad. Si realizamos un análisis más profundo en la cultura andina en grupos de aymaras y quechuas, el panorama es mas critico, pues existe la contradicción entre costumbres ancestrales y el chacha-warmi, ya que en la práctica, aún se nota el imperante llamado machismo, con nítidas formas de aislamiento de la mujer.

A pesar de estas discrepancias, el enfoque que adoptemos del chacha-warmi, parte de nuestros pensamientos y concepciones, parte desde nuestra forma de pensar e iniciativa, denota un cambio en el paradigma y perspectiva del rol que desempeñan mujeres y hombres; es decir, parte desde nuestras costumbres, prácticas y formas de hacer, que se ve reflejado en sí mismo en las decisiones presentes y futuras que adoptemos de aquí en adelante.

BIBLIOGRAFIA

Felix Layme Pairumani, "El género en el Mundo Andino. Dsiponible en http://aymara.es.tl/Chacha-Warmi
Farah, I. y Sanchez, C. (2008). Desafíos de una nueva agenda de género. Perfil de género Bolivia. La Paz, Bolivia: CIDES- UMSA






miércoles, 24 de junio de 2015