Desde nuestros antepasados, la
autoridad y el poder han sido concentrados y personificados por los hombres, en
todos los ámbitos, referidos principalmente a la toma de decisiones, relegando
a la mujer en un segundo contexto, pero más allá de esta afirmación, analicemos
la definición de Patriarcado.
“El Patriarcado es un concepto
redefinido por la teoría feminista en los años setenta del siglo pasado y pieza
clave para el análisis de la realidad sociocultural. Es una forma de organización,
política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y
liderazgo en el varón, en la que se da predominio en el hombre sobre las
mujeres; del marido sobre la esposa; del padre sobre la madre y los hijos. El
patriarcado no es una esencia, sino un sistema metaestable de dominación
ejercido por los individuos que, al mismo tiempo, son troquelados por él” (Ibernagaray,
2012, p. 145).
En contraste “el racismo y patriarcado
constituyen el eje de la colonialidad, que ha servido de justificación de los
genocidas coloniales. La descolonización es la concentración de energías
estatales, para combatir racismo y patriarcado y se lo hace estableciendo de
forma critica el funcionamiento de la colonialidad, del saber, del poder y del
ser.” (Ibernagaray, 2012, p. 152)
Por su parte “la Despatriarcalización
es el enfrentamiento contra la herencia colonial, hoy es materia de políticas públicas.
Es la desestabilización de relaciones de dominio y de ejercicio del poder. Es
la transgresión de las reglas sociales, culturales, religiones, normativas y
políticas patriarcales, que tienen la misión de eternizar el cautiverio de las
mujeres. Y en el marco de la nueva Constitución Política, la
despatriarcalización, se proyecta como una transformación del lenguaje de los
derechos humanos, ya no atrapado en el eufenismo, de la Igualdad de
Oportunidades, que disimula tensión entre el patriarcado y procesos de
despatriarcalizacion, sino de enfrentamiento directo con el problema central:
colonialidad y patriarcalismo.” (Ibernagaray, 2012, p. 153)
En la medida que se practique lo
contrario del patriarcado, se comprenderá el concepto de despatriarcalización, ya
que concebiremos la idea de buscar formas de inclusión de la mujer en los
distintos ámbitos de poder, que parte desde las formas de pensar de hombres y
mujeres, parte desde la familia y la forma en que padres y madres instituyen a
sus hijos, parte del trato entre padre/madre e hijos/ hijas, y sobre todo parte
desde las formas individuales y personales de cada uno, sin condición alguna.
Finalmente, los actores políticos,
sociales y económicos del Estado deben promover políticas de inclusión de la
mujer para ampliar sus oportunidades en todos los ámbitos, hay avances en el
plano político, pero aún falta avanzar en los demás áreas, desde luego estas
políticas irán dirigidas en pro de la
igualdad entre hombres y mujeres, que sin duda se verán reflejados en una
convivencia armónica y pacífica de las sociedades y de los pueblos.
BIBLIOGRAFIA
Ibernagaray, J. (2012). Mujeres en diálogo: Avanzando hacia la
despatriarcalización en Bolivia.
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